Un estudio realizado en IANEC muestra la relación existente en pacientes con Alzheimer que sufren de hipertensión con el deterioro cognitivo y los síntomas conductuales.
La revista International Journal of Geriatric Psychiatry acaba de publicar los resultados de un estudio llevado a cabo por el Instituto Andaluz de Neurociencia (IANEC) junto con el Instituto de Investigaciones Médico-Sanitarias de la Universidad de Málaga con el objetivo de valorar la posible relación entre la presencia de hipertensión arterial en pacientes con enfermedad de Alzheimer y el grado de deterioro cognitivo y funcional, así como la frecuencia y gravedad de los síntomas conductuales en estas personas.
En la actualidad, no existe una cura para la enfermedad de Alzheimer (EA) y han fracasado varios ensayos clínicos de gran envergadura en los que se utilizaron terapias experimentales modificadoras de la enfermedad para la EA establecida. Además, los medicamentos se están administrando demasiado tarde, cuando ya se ha producido una pérdida sináptica y neuronal sustancial e irreversible en regiones cerebrales críticas. Por lo tanto, la identificación de posibles factores de riesgo de la EA es un componente clave de la prevención primaria y podría conducir a una reducción de la incidencia de la EA, aliviando la carga de los pacientes, los cuidadores y la sociedad.
A este respecto, se estima que un tercio de la demencia tardía en la vida podría atribuirse a factores de riesgo de modificables. En la actualidad, hay cada vez más pruebas que sugieren que los factores de riesgo vascular de la mediana edad, como la hipertensión, las enfermedades cardíacas, la dislipidemia, la obesidad, el tabaquismo y la diabetes, podrían estar relacionados con el deterioro cognitivo y la EA tardía.
Los mecanismos precisos que vinculan la hipertensión con la EA no se conocen bien pero se presume que son complejos y pueden implicar diversos procesos, incluidos los procesos inflamatorios, los cambios estructurales y la isquemia cerebral que favorecen el declive cognitivo y la patología en la demencia.
El objetivo de este estudio fue investigar la relación de la hipertensión con la EA a fin de dilucidar los mecanismos subyacentes que pueden vincular la EA y la hipertensión. Para ello estudiamos en 92 pacientes con EA que asistían al Centro de Día del Instituto Andaluz de Neurociencia (IANEC) en Málaga si la presencia de hipertensión estaba asociada con las manifestaciones clínicas y los cambios estructurales cerebrales y la patología vascular presentes en estos pacientes.
Los resultados del estudio mostraron que la hipertensión afecta negativamente el funcionamiento cognitivo, a la vez que incrementa la frecuencia y gravedad de los trastornos conductuales en pacientes con EA. De ello se deriva que el manejo efectivo de la hipertensión puede potencialmente tener un papel terapéutico en el alivio de los síntomas de la EA y jugar un papel importante en la prevención de la misma.